Caminando por la calle en una de estas ultimas -esperemos- noches frías del año, venía pensando en que mi pega se parece mucho a la de un barman... estoy al otro lado del mesón catalizando sueños, necesidades de atención y de rescatar esa parte lúdica que la mayoría deja colgada en el closet en la mañana antes de salir a la tortura del trabajo...
Eso ahora lo disfruto más, porque estoy con gente más afín conmigo, me retiro más temprano y en un abrir y cerrar de ojos ya estoy en casita...
Camino y los árboles ya están en flor, el sol ya calienta y tengo el privilegio de poder disfrutarlo... ese trocito de naturaleza al que podemos acceder los santiaguinos...
Y los amigos, que dejé botados por tanto tiempo, ya se van asomando a mi espacio... que gusto verlos y saber de sus vidas en cuerpo presente, ja! a varios los he visto de casualidad, cuando entran buscando libros y se encuantran a esta chica... y no se sorprenden tanto, pues saben que mi deambular es así... constante...
Que regaloneada me siento!!
